Los riesgos de la extensión de pestañas y su impacto en la salud ocular

Los riesgos de la extensión de pestañas y su impacto en la salud ocular

Las extensiones de pestañas se han popularizado como un recurso estético rápido para conseguir una mirada más intensa y definida, pero su aplicación y mantenimiento no están exentos de efectos adversos sobre los ojos. En la práctica, los riesgos de la extensión de pestañas incluyen irritaciones, inflamaciones de los párpados, reacciones alérgicas al adhesivo, alteraciones en la superficie ocular y complicaciones que pueden afectar al confort visual. Por este motivo, antes de recurrir a este tipo de técnicas es importante entender qué sucede cuando se modifica la función natural de las pestañas y se exponen los ojos a pegamentos y productos potencialmente irritantes.

La función natural de las pestañas

Nuestras pestañas naturales cumplen una función de protección esencial. El ojo está expuesto de forma constante al aire, al polvo y a partículas en suspensión, y constituye una vía de entrada al organismo para bacterias y virus. En este contexto, las pestañas actúan como una primera barrera defensiva porque:

  • Desvían el flujo de aire de la superficie del globo ocular.
  • Ayudan a mantener alejadas las partículas que flotan en el entorno.
  • Activan el reflejo del parpadeo cuando algo se aproxima al ojo, lo que favorece la lubricación y la protección de la superficie ocular.

Cuando esta estructura se altera mediante productos cosméticos agresivos, se añade peso extra con fibras artificiales o se modifica el borde palpebral con adhesivos, la barrera natural de las pestañas puede dejar de funcionar correctamente, lo que hace que el ojo sea más vulnerable a irritaciones e infecciones.

¿Qué son las extensiones de pestañas y cómo se aplican?

Las extensiones de pestañas son fibras que se adhieren directamente sobre cada pestaña natural, una por una, con el objetivo de aumentar longitud, volumen y densidad.

Materiales habituales

Estas fibras pueden estar fabricadas con distintos materiales, entre ellos:

  • Fibras naturales, como la seda.
  • Pelo de origen animal, como visón o caballo.
  • Fibras sintéticas, como nylon o plástico.

El aspecto final depende del material, del grosor y de la técnica utilizada.

Uso del adhesivo y prueba de alergia

Para fijar las extensiones se emplea un pegamento o adhesivo específico, que concentra buena parte de los problemas asociados a este procedimiento, tanto por su composición química como por el peso que añade sobre las pestañas naturales. Por esta razón, muchos profesionales realizan una prueba preliminar en una zona de la piel, como la muñeca o detrás de la oreja, para comprobar posibles alergias.

Sin embargo, que la piel no reaccione en esa área no garantiza que la zona periocular lo tolere bien. La región del párpado y del borde palpebral es mucho más sensible, de modo que los componentes del adhesivo pueden resultar irritantes y el exceso de peso sobre las pestañas puede causar molestias, tirantez o sensación de cuerpo extraño.

Principales riesgos de la extensión de pestañas en los ojos

Después de la aplicación de extensiones, muchas personas desarrollan problemas oculares de diversa intensidad. Entre las complicaciones descritas con más frecuencia se encuentran las siguientes.

Queratoconjuntivitis y afectación de la superficie ocular

En numerosos casos se ha observado queratoconjuntivitis, una inflamación simultánea de la córnea y de la conjuntiva (la membrana que recubre el interior del párpado y parte del globo ocular) tras el contacto del adhesivo con la superficie del ojo. Este cuadro se manifiesta con:

  • Enrojecimiento ocular.
  • Lagrimeo persistente.
  • Molestias o sensación de quemazón.
  • Aumento de la sensibilidad a la luz.

Reacciones alérgicas al pegamento

Una proporción importante de mujeres ha presentado reacciones alérgicas al adhesivo utilizado. Estas reacciones pueden incluir:

  • Picor intenso en párpados y ojos.
  • Hinchazón palpebral visible.
  • Lagrimeo y secreción ocular.
  • Sensación marcada de irritación y malestar.

En determinadas ocasiones, estos síntomas obligan a retirar las extensiones y requieren tratamiento para controlar la inflamación y la respuesta alérgica.

Blefaritis e inflamación crónica de los párpados

Otra complicación muy habitual es la blefaritis, es decir, la inflamación o irritación de los párpados. En el borde palpebral se localizan los folículos de las pestañas y glándulas que producen sustancias con función antimicrobiana. Cuando esta zona se cubre de restos de adhesivo o se altera por la presencia continuada de fibras artificiales, el equilibrio se rompe y se favorece la acumulación de bacterias. Como consecuencia, pueden aparecer:

  • Enrojecimiento persistente en el borde palpebral.
  • Sensación de arenilla o escozor.
  • Malestar crónico en la zona de las pestañas.

Además, cuando las secreciones de los folículos se bloquean por el pegamento o por la suciedad, pueden formarse orzuelos, que se manifiestan como bultos dolorosos en el párpado.

Ojo irritado y enrojecido como consecuencia de una reacción, mostrando extensión de pestañas riesgos y sus posibles efectos secundarios.

Adhesivos, sustancias irritantes y riesgo de toxicidad

El tipo de adhesivo utilizado influye de forma directa en la aparición de problemas. Se han descrito situaciones en las que se ha empleado pegamento de uñas como si se tratara de un adhesivo para pestañas, a pesar de ser un producto mucho más fuerte y agresivo. Incluso se han dado casos en los que, tras aplicar una super cola de alta resistencia, los párpados han quedado pegados entre sí.

Por otro lado, se han analizado distintos pegamentos comerciales y profesionales para detectar la presencia de formaldehído, un compuesto químico reconocido como cancerígeno. En esos análisis se encontró formaldehído en un número elevado de adhesivos y, además, algunos productos que lo contenían no lo declaraban en su lista de ingredientes.

A todo ello se suma el efecto de ciertos conservantes presentes en los pegamentos, que pueden causar conjuntivitis tóxica y erosión conjuntival cuando dañan las capas más superficiales de la córnea. Esta situación causa dolor y puede afectar a la visión mientras la superficie ocular se recupera.

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Problemas de higiene: bacterias y ácaros

Los problemas no proceden sólo del adhesivo. La higiene del salón donde se aplican las extensiones y el cuidado posterior de las pestañas también resultan decisivos. Una limpieza deficiente del borde palpebral, junto con la acumulación de pegante y restos de maquillaje, crea un entorno propicio para la proliferación de bacterias, lo que agrava los cuadros de blefaritis y facilita la repetición de orzuelos.

Además, la mayoría de las personas alberga una cierta cantidad de ácaros Demodex en la piel y en los folículos pilosos. Cuando los instrumentos y materiales utilizados en la extensión de pestañas no se desinfectan correctamente, aumenta la probabilidad de transmisión y multiplicación de estos ácaros en el borde palpebral. Esta situación puede intensificar el picor, la inflamación y el malestar en la zona de las pestañas.

Sueros de crecimiento de pestañas: una alternativa con efectos adversos

Ante las complicaciones asociadas a las extensiones, algunas personas optan por sueros de crecimiento de pestañas. En particular, se han popularizado aquellos que contienen prostaglandinas o análogos de prostaglandina, ya que incrementan la longitud, el grosor y la oscuridad de las pestañas naturales.

Estos productos se desarrollaron inicialmente como tratamiento para el glaucoma, y se observó que los pacientes que los utilizaban desarrollaban pestañas más largas y densas. Sin embargo, su uso con fines estéticos no está exento de riesgos, ya que pueden:

  • Cambiar el color del iris de forma potencialmente permanente.
  • Producir pérdida de tejido graso alrededor del ojo (periorbitopatía asociada a la prostaglandina).
  • Generar enoftalmos u “ojos hundidos”.
  • Empeorar la apariencia de las ojeras.

Estos efectos pueden ser duraderos e incluso irreversibles, por lo que su uso prolongado requiere una valoración muy prudente.

Conclusión

En conjunto, los riesgos de la extension de pestañas abarcan irritaciones, inflamaciones crónicas, reacciones alérgicas, exposición a sustancias potencialmente tóxicas, proliferación de bacterias y ácaros, y complicaciones derivadas de alternativas como los sueros con prostaglandinas. Por este motivo, antes de someterse a cualquier procedimiento que afecte a párpados, pestañas o superficie ocular, resulta fundamental consultar con profesionales cualificados, valorar de forma cuidadosa la relación entre beneficio estético y salud ocular a largo plazo y priorizar siempre la seguridad por encima del resultado cosmético.